Las enfermeras son un amor. Con la gente que conviví también aprendí mucho. Son gente de buenos caminos. Respecto a las piezas, son súper cómodas. las camas son 7, los baños igual. Cómodo todo.”.

Buena experiencia. Me voy estable y feliz. Conocí y aprendí de la gente y sus puntos de vista. El personal hace su trabajo con buena disposición y con el objetivo de ayudar

Buen la estadía, tranquila, personal preocupado por pacientes. Actividades reconfortantes, buena conversación con los pacientes. Las terapeutas ocupacionales muy preocupadas por sus pacientes. Buenas actividades

Al principio fue difícil el adaptarme a un lugar nuevo. Después con el tiempo fui conociendo nuevas personas que finalmente se convirtieron en mis amigos. Al final los talleres sirvieron de harto y para distraerte de todos tus problemas y también me sirvieron para aprender distintas habilidades mentales, manuales y cognitivas.

Mi experiencia fue mejor de lo esperado. Disfruté mi estadía, a la gente y el ambiente tan pacífico y acogedor. Quisiera agradecer por el apoyo en mi recuperación y la comprensión del personal frente a mis actitudes. Siempre recordaré MirAndes como un lugar de contención y respeto, sobre todo un ambiente saludable para sanar y aprender a dejar el dolor atrás.

Me voy feliz y con sentimientos encontrados. Conocí gente con discapacidades diferentes, pero me llevo en el corazón a muchos. Quiero dar las gracias a los profesionales del turno. Gracias porque me atendieron con mucho amor, paciencia y cariño. Los extrañaré a todos.

Mi experiencia fue buena. Las enfermeras son preocupadas y atentas. Una clínica que se preocupa por los pacientes y los cuidan con cariño.

Mi experiencia fue muy buena. Conocí mi fuerza interior para no consumir ni cigarro. Las enfermeras se portaron un 7, y mi psiquiatra para qué decir, trabajamos juntasen mi adicción y bipolaridad.

Mi experiencia fue de gran ayuda en mi recuperación. Muy buen trato de todos los profesionales que trabajan en Clínica MirAndes. Muchas felicitaciones a todos.

Fue una experiencia que nunca había vivido, pero estoy mejor gracias a mi psiquiatra Mónica Barahona