Ignacio Yáñez Castillo
Psicólogo Centro Médico Cetep
Psicología clínica Adulto e Infanto-Juvenil
Mr © en Cine Documental.
Recientemente en nuestro país, la exitosa película ganadora del Oscar a mejor película internacional del Director Sebastián Lelio: “Una Mujer Fantástica” ha tenido -quizás como nunca antes una producción nacional- la capacidad de impactar de tal forma en nuestra sociedad, obligándonos a revisarnos y mirarnos respecto a lo que estamos haciendo con quien se presenta como diferente, fuera de lo que nos parece lo común o lo establecido. En la trama de esta película, vemos a la protagonista –una mujer transgénero (la actriz Daniela Vega)- enfrentando un sinnúmero de situaciones en que queda en evidencia la violencia que debe enfrentar en una sociedad que se mantiene en deuda con los derechos de las personas con una identidad transgénera. Cabe señalar que estas agresiones las recibe de forma transversal por parte de instituciones o personas con las que se va cruzando en su vida y que instalan la sospecha por su integridad como persona justificada únicamente a partir de su identidad trangénera.
Extrapolar esta historia singular de la película a nuestra realidad como país y pensar en la vivencia actual de las personas transgénero resulta inevitable. La historia de “La Mujer Fantástica” tiene la capacidad de interpelarnos, identificándonos y solidarizando con el sufrimiento de su protagonista al mismo tiempo que nos hace preguntarnos por lo que haríamos en el lugar de los familiares de su pareja fallecida y- más amplio aun que ello- en qué medida no reaccionamos de una forma prejuiciosa o hemos discriminado activa o pasivamente a quien se nos presenta como diferente.
En numerosas ocasiones, psicólogo/as y psiquiatras somos interrogado/as esperando de nosotro/as explicaciones respecto de lo que sería una persona transgénero, o cómo puede ser que lleguen a definirse como tal, si se trataría de una enfermedad o no, etc.; y si bien se han producido numerosas teorías al respecto -muchas veces contradictorias entre sí- quienes hemos trabajado con personas que se autodefinen como transgénero/a y hemos podido acompañar procesos en que se asume tal definición, podemos dar cuenta de que antes de cualquier explicación del por qué, queda de manifiesto el profundo daño que la exclusión social y la violencia cotidiana a la que están expuesto/as ocasiona. Esta violencia -que es retratada con una gran sensibilidad en la película- se expresa desde que una persona transgénera se presenta como tal ante instituciones de salud, al relacionarse con sus familias, cuando camina por la calle, etc. Se trata de un contexto que resulta particularmente adverso y que ocasiona daño en la Salud Mental de las personas. Si bien no se considera que tener una identidad de género distinta a la asignada al momento del nacimiento sea una enfermedad, ni un trastorno que requiera tratamiento por el solo hecho de identificarse como una persona transgénera, los efectos de lo que significa enfrentar una sociedad que discrimina y excluye sí dejan marcas que muchas veces desencadenan problemas susceptibles de atención por parte de un/a profesional de salud mental. No obstante lo anterior, estamos conscientes que el revertir las causas supera en gran medida el trabajo que se puede desarrollar en un tratamiento individual.
Sabemos que para las familias no siempre es fácil aceptar que un hijo/a, hermano/a u otro/a pariente cercano/a se identifique a sí mismo/a como transgénero/a, gay o lesbiana y que muchas veces los mayores problemas asociados a este tema se dan justamente al interior de las familias. Respecto a esto, es importante señalar que una orientación sexual o identidad de género distinta no son un trastorno y que en gran medida la reacción de las familias, amigo/as, comunidades educativas o espacios laborales serán determinantes en que aquel que se ve enfrentado a una sociedad que discrimina, pueda hacerle frente de una mejor manera. En este sentido, la invitación es a informarse, a abrirse a la posibilidad de conocer de vivencias tan estremecedoras como la retratada por Daniela Vega en “La Mujer Fantástica” y a consultar con profesionales especializados que podrán orientar y ayudar a desarrollar las herramientas para enfrentar estas situaciones.
Ignacio Yáñez es psicólogo clínico de Centro Médico Cetep, el que está ubicado en la comuna de Providencia, a pasos de la estación de metro Tobalaba. Para consultas o solicitar una hora, puede llamar al 22604 4040 o al 22604 4041, realizar la reserva en línea en www.cetep.cl/reserva o visitar nuestro sitio web www.cetep.cl.